En época de estudios, sobre todo a largo plazo y continuado como es nuestro caso, tendemos a abandonarnos y abandonarlo todo con tal de aprovechar unas pocas horas más estudiando.

Nuestro cuerpo se resiente, empiezan a aparecer tirones y tensión muscular, y pasar muchas horas en la misma postura no ayuda mucho.

Debes encontrar el equilibrio cuerpo-mente.

Nuestro cuerpo nos pide movimiento, está preparado para ello.

Tenemos más de 650 músculos que interactúan con 206 huesos, responsables de todos nuestros movimientos.

Se necesitan más de 200 músculos para dar un splo paso, más de 40 para levantar una pierna. Estamos diseñados para movernos. ¿Por qué no lo hacemos? Las razones pueden ser muy variadas, falta de tiempo, pereza, cansancio... pero cualquiera de ellas se puede superar.

Es recomendable practicar algo de deporte regularmente, 3-4 veces por semana de 35 minutos a una hora. Sus beneficios han sido avalados por gran cantidad de estudios e investigaciones

Desde aquí te animo a que encuentres la actividad física que mejor se adapta a ti, y quiero exponer los beneficios que te puede proporcionar:

Despeja la mente: Te da un respiro de la sobrecarga cognitiva que provoca el estudio y evita que le des vueltas a cosas innecesarias o improductivas. Proporciona más claridad de ideas

Protege la salud: Disminuye el riesgo enfermedades cardíacas, reduce la tensión arterial alta y niveles elevados de colesterol en sangre.

Huesos más fuertes: Disminuye el riesgo de fracturas y también el de sufrir osteoporosis.

Músculos más fuertes: Ayuda al desarrollo muscular y al fortalecimiento del corazón.

Más resistencia: Cuanto más regular sea el ejercicio físico menor es el cansancio y mayor la energía durante el día.

Disminuye el estrés y mejora el sueño: Permite una mayor relajación y una menor tensión nerviosa lo que ayuda a dormir mejor.

Mejor coordinación: Las conexiones neuronales se producen más rápido.

Mayor flexibilidad: El cuerpo se mueve con más elasticidad permitiendo un nivel más amplio de estiramiento

Fortalece el corazón: Al necesitar más oxígeno, el corazón late más deprisa y bombea más sangre por todo el cuerpo. Con el hábito el corazón late más deprisa y se hace más fuerte.Un corazón fuerte late menos y puede bombear más sangre en cada latido, haciendo su trabajo más eficazmente.

Incrementa tu capacidad pulmonar: Respiramos más profunda y rápidamente porque necesitamos más oxígeno y expulsamos más dióxido de carbono.El resultado es una capacidad pulmonar más fuerte, más profunda. Ahora en cada inspiración los pulmones obtienen más oxígeno y expulsan más desechos.

Mejor estado de ánimo y sensación de bienestar: Esto tiene una explicación bioquímica y es que al realizar ejercicio, se estimula la hipófisis y se liberan endorfinas, responsables de las sensaciones agradables.