P.I.R o Psicólogo Interno Residente es un sistema de formación postgrado remunerado. Está considerado como la mejor via de formación de especialistas sanitarios. Es similar al sistema MIR y el medio por el que se reconoce oficialmente el título de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica (Real Decreto 2490/1998).

En la ultima convocatoria salieron 131 plazas. Para optar a una de ellas hay que superar un examen, que actualmente se convoca cada año y suele ser en Enero (pa joder las navidades). Consta de 250 preguntas mas 10 de reserva por si acaso se anula alguna, tienen 5 opciones de respuesta, cada acierto cuenta 3 puntos y cada error descuenta 1, las preguntas no respondidas no restan ni suman.

A la hora de la puntuación, el examen es un 75% de la nota, el otro 25% se obtiene de la nota media del expediente.

Tanto con los 10 mejores exámenes como con los 10 mejores expedientes se obtienen dos factores de corrección que modifican y en cierto modo deciden la puntuación final de la prueba. A cada candidato se le asigna un número de orden dependiendo de su puntuación, que indica el orden en el que va a elegir su plaza.

Una vez que los candidatos han tomado posesión de su plaza (me he saltado desde que apruebas hasta que tomas posesión, un proceso largo y estresante del que ya tendré oportunidad de hablar largo y tendido cuando lo viva yo misma) empieza el periodo de formación en el hospital elegido, este periodo actualmente es de 4 años durante los cuales se realizan una serie de rotaciones por los distintos dispositivos de antención a la Salud Mental.

Incluye programas de formación teórica, dependiendo del hospital, como sesiones clínicas, jornadas, cursos y en ocasiones Masters.

Durante este tiempo el PIR observa, asume responsabilidades en la evaluación, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes y todo ello se realiza de forma progresiva.

Pasando a valoraciones desde el punto de vista emocional, la preparación de ese examen es un largo camino lleno de baches y de desesperación, donde también hay alguna cuesta abajo que facilita mucho las cosas y alguna llanura que restaura el equilibrio. Pero en general es algo dificil, duro y agotador para lo que hay que estar psicológica y mentalmente preparado, también físicamente porque requiere muchas horas de estudio, muchas decisiones arriesgadas y dejar de lado muchas cosas...

Aquí empieza mi viaje... (por tercera vez y definitiva).